El narval (Monodon monoceros) es un animal marino que habita las regiones polares de la Tierra, concretamente los mares del Ártico y el norte del océano atlántico. Los narvales, aunque viven en el mar y poseen cola y aletas, son mamíferos (tienen una reproducción sexual interna, las crías maman leche de la madre y deben de subir a la superficie para respirar). Estos tipos de animales se denominan Cetáceos. Los Cetáceos son una familia de animales mamíferos pero totalmente adaptados al medio acuático. Los seres vivos pertenecientes a éste género son tan fascinantes y tienen características tan complejas que merece una entrada aparte que se escribirá más adelante.
Descripción
La característica principal del narval es su enorme cuerno que le sale de la boca. Ese “cuerno” en realidad es una prolongación de un diente de este animal, que se alarga y se dispone en forma punzante como si fuera una lanza. El diente o denominado también colmillo, es característico exclusivamente de los machos y puede llegar a medir hasta 2 metros de largo y pesar incluso 10 kilos. Con frecuencia estos colmillos se rompen, pero son reparados por nuevas capas. La utilidad de este colmillo ha sido estudiada exhaustivamente por los científicos. Al principio, se pensaba que lo usaban para romper bloques de hielo del ártico y realizar orificios por donde respirar. Posteriormente se sugirieron otra serie de usos, entre ellos un papel en la ecolocación como transductor de sonidos, para la localización de presas en el fondo marino, como un arma defensiva, como un mecanismo de enfriamiento y por último, como un carácter sexual secundario para indicar dominación y ganar estatus dentro del grupo, siendo de esta forma más probable que los machos con colmillos más largos atraigan a las hembras. Estudios recientes en 2005, han demostrado que el colmillo es bastante flexible y parece ser que les puede servir para obtener información sobre datos del medio que les rodea, ya sea presión, temperatura, salinidad del agua, detectar presas… etc. Aun así sigue siendo una hipótesis y no se sabe con exactitud su verdadera utilidad.
El cuerpo del narval es alargado y de color gris moteado con el vientre pálido. Los machos más viejos se diferencian del resto ya que tienen una gran mancha en la espalda, siendo el resto del cuerpo blanco. Los recién nacidos son de color marrón grisáceo y no desarrollan las manchas moteadas hasta los dos años. En promedio los machos miden 4,5 metros y pesan 1600 kilos, mientras las hembras miden 4 metros y pesan 1.000 kilos.
En libertad, los narvales pueden llegar a vivir 50 e incluso 60 años. También se tiene conocimiento de que estos cetáceos pueden llegar a alcanzar edades extremas como la de una hembra que vivió 115 años. Suelen vivir en grupos de 5 a 7 individuos. Tan sólo aguantan 30 minutos bajo agua y pueden descender hasta 800 metros.
Hábitat
Como ya se ha comentado, el narval habita las regiones polares del hemisferio norte. Países como Canadá y Groenlandia (perteneciente a Dinamarca) son los únicos que tienen la gran suerte de poder ver estos animales en sus costas. Actualmente y debido al calentamiento global, los narvales han visto reducido drásticamente su territorio limitándose a una pequeña franja. Concretamente, los lugares específicos para encontrarlos son: parte norte de la bahía de Hudson, estrecho de Hudson, bahía de Baffin, costa del este de Groenlandia y en el este de la franja del extremo norte de Groenlandia alrededor de Rusia del este. Otras amenazas con las que los narvales deben de lidiar son las trampas naturales de hielo, los contaminantes vertidos al mar por los barcos, los depredadores naturales y la caza del hombre.
Aun así, los narvales no están es peligro de extinción ya que según los últimos sondeos, hay más de 70000 individuos.
Alimentación
Los narvales (al igual que mucho cetáceos) son carnívoros y encuentran su alimento mediante ecolocación, técnica que consiste en identificar la presa mediante ultrasonidos. La dieta principal del narval es el bacalao, aunque también comen calamares, camarones y pequeños peces en general como el fletán negro. El narval es capaz de bajar profundidades asombrosas para alimentarse. Se ha llegado a detectar descendimientos de hasta más de 1000 metros.
Así mismo, el narval es alimento de otros depredadores. Sus enemigos naturales son animales como el oso polar, el tiburón y la orca. También hay que señalar que el ser humano los ha cazado durante mucho tiempo. Desde los Vikingos que obtenían alimento y grasa, hasta bien entrado el siglo XIX por su colmillo. Actualmente, su caza está totalmente prohibido con excepción de los Inuit que es un pueblo aborigen del ártico cuya pobre economía se basa en el comercio de estos animales aunque su caza está controlada.
Reproducción
Los Narvales, como mamíferos que son, tienen una
reproducción sexual y con fecundación interna (las más evolucionadas). Los
machos, alcanzan la madurez sexual a los 9 años, mientras que las hembras lo
alcanzan a una edad más temprana que puede ser entre 6 y 7 años.
La época de apareamiento tiene lugar en marzo, naciendo
las crías entre julio y agosto del año siguiente (15’3 meses de gestación).
Estas, al principio, dependen enormemente de la madre llegando a durar el
periodo de lactancia hasta más de un año. Cuando una hembra da a luz,
normalmente debe de pasar tres años antes de tener otra cría.
Normalmente nace una sola cría pero se han registrado casos de gemelos. Los pequeños nacen con una capa grasa de 2,5 cm de espesor, miden entre 1,5 y 1,7 metros y pesan unos 80 kilos.
Comportamiento
El narval no suele ser un animal solitario. Normalmente, tiende a formar grupo de 5 a 10 individuos que suelen coincidir con familiares. A veces, este número puede crecer ya que se unen bastantes de ellos todos los veranos en la costa.
Ocasionalmente, los narvales machos se reúnen para frotar sus colmillos. Este fenómeno se denomina “tusking” (del inglés tusk, que significa colmillo) y se desconoce la causa.
Los narvales, son animales migratorios. En verano, tienden a acercarse a las costas en manadas bastante numerosas mientras que cuando llega el invierno, se desplazan hacia el interior de los océanos en pequeños grupos esta vez.
- Por otro
lado, los narvales al día de hoy no han podido ser tratados en cautividad. Los
principales problemas son la recreación de un ecosistema apto, las grandes
cantidades de agua que necesita y el gran coste económico que supone su
mantenimiento. En la década de los 70 y 80 se creó gran expectación por este
animal e intentaron sin éxito mantenerlos vivos en cautiverio, logrando
sobrevivir de uno a cuatro meses.
Curiosidades